miércoles, 30 de abril de 2014

Stepping stones y golf courses ¿Es posible una relación duradera?

Desde hace tiempo, el concepto de "stepping stones" se ha venido utilizando en ecología para definir lugares cercanos pero inconexos entre si y que poseen unas condiciones óptimas para acoger a determinadas especies, en tránsito entre espacios protegidos o áreas de especial importancia para la biodiversidad (http://www.sicirec.org/definitions/corridors). Se integran dentro del grupo de corredores ecológicos, aunque son distintos de los corredores lineales naturales o corredores paisajísticos precisamente por la falta de conexión entre ellas. Sin embargo son muy importantes ya que permiten a esas especies encontrar refugio, zonas de descanso o alimentación en sus movimientos migratorios, de dispersión juvenil e incluso en algunas ocasiones para el asentamiento de nuevas poblaciones (http://www.redeuroparc.org/img/Eje_1/monografia2.pdf).
Todo ese entramado de corredores ecológicos, áreas protegidas, espacios naturales e incluso las zonas integradas dentro de las redes de Custodia del Territorio (de las que hablaré en una próxima entrada monográfica), forman una extensa red o "ecological networks" que en la actualidad, en la que el paisaje y las zonas naturales se han visto enormemente fragmentadas por infraestructuras lineales, urbanizaciones, núcleos de población dispersos, etc. (ver imagen) resultan fundamentales para que la biodiversidad pueda sobrevivir en un entorno cada vez más transformado. En definitiva estos lugares permiten una conectividad entre áreas con una pobre calidad para acoger especies, con otras que sí poseen unas características más apropiadas. Ese concepto de conectividad ecológica no depende tan sólo de la escala espacial, sino que está muy influenciada por la distribución de esos hábitats de más calidad y que permitirá a los individuos el alcanzar el siguiente stteping stone en sus movimientos cotidianos o temporales (Keitt et al, 1997).

Entre todo este entramado de zonas naturales, áeras de especial interés, etc, surgen una serie de lugares transformados por la acción del hombre pero que aún así poseen unas características, en determinadas ocasiones y no siempre, que permiten el asentamiento y la supervivencia de especies que de otra forma no los encontrarían.

Entre estos lugares podemos encontrar por ejemplo los parques periurbanos, corredores verdes, cauces de ríos (dominio público en España), vías pecuarias, zonas incluidas en Redes de Custodia del Territorio y quizá otros menos obvios como las zonas de islas de vegetación que se pueden encontrar asociadas a las infraestrcuturas lineales y otros elementos lineales (en éstos dos últimos casos un análisis en profundidad de las posibilidades se hace fundamental antes de seleccionar una infraestructura como adecuada para la conectividad entre zonas protegidas o de especial interés para la biodiversidad ya que por lo general son unas de las principales causantes de la fragmentación de hábitats y por tanto de poblaciones de animales terrestres).

Y en este grupo de zonas trasformadas, pero que pueden tener características naturales incluyo a los campos de golf. Está claro que no todos los campos de golf poseen esas características especiales que permiten el asentamiento y el desarrollo de organismos y especies de interés para la conservación, pero también es cierto que entre todos los campos que existen en España, algunos sí que poseen esas características. Y como argumentos podríamos mencionar su ubicación en el territorio, las zonas no jugables y que no son tratadas con fitosanitarios de forma tan intensa, su cobertura arbórea (en algunos campos son una parte fundamental del diseño del mismo, contribuyendo a ofrecer cobijo y refugio a especies de aves, insectos, etc.), sus láminas de agua y vegetación riparia asociada (de nuevo lugar de refugio, área de campeo y alimentación de muchas especies animales y de asentamiento de vegetación acuática) y la disponibilidad de todos esos sistemas naturales o naturalizados en un lugar protegido y controlado frente a otro tipo de agresiones externas hacen que deban ser tenidos en cuenta como posibles lugares de trabajo para fomentar esas "ecological networks" que permitan ampliar la superficie de zonas favorables para la biodiversidad.

Recomiendo la revisión hecha por Bennett & Jo Mulongoy (2006), en la que se menciona el Corredor Verde del Guadiamar como ejemplo de actuación tras el derrame de vertido ácido de Aznalcollar, la restauración ecológica del cauce del río y su posterior protección. Y se me viene a la mente lo cerca que están tres campos de ese corredor ecológico creado, entre otros motivos, para facilitar el tránsito de biodiversidad entre la marisma de Doñana y la Sierra Norte de Sevilla: Las Minas Golf (Aznalcázar), Zaudín (Mairena del Aljarafe) y Hato Verde (Guillena).

Ahora queda tan sólo que los gerentes y directores de los campos se crean esta posibilidad y apuesten por darle una vuelta a la gestión de los campos, con el objetivo de mejorar la biodiversidad existente en ellos y explotarla para los socios y clientes externos.

Saludos y espero que os haya gustado!!


Referencias:

  1. http://www.sicirec.org/definitions/corridors.
  2. EUROPARC-España. 2009. Conectividad ecológica y áreas protegidas. Herramientas y casos prácticos.Ed. FUNGOBE Madrid. 86 páginas.
  3. Keitt, T.H., D.L. Urban, and B.T. Milne. 1997. Detecting critical scales in fragmented landscapes. Conservation Ecology [online]1(1): 4. Available from the Internet. URL: http://www.consecol.org/vol1/iss1/art4. 
  4. Graham Bennett and Kalemani Jo Mulongoy (2006). Review of Experience with Ecological Networks, Corridors and Buffer Zones. Secretariat of the Convention on Biological Diversity, Montreal, Technical Series No. 23, 100 pages.



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