lunes, 10 de noviembre de 2014

Beneficios de la valoración ambiental de los campos de golf: la biodiversidad como recurso a explotar - 2ª parte


¿Por qué es interesante valorizar o poner en valor la biodiversidad como un recurso en un campo de golf?.

Básicamente porque es un elemento más del campo que no está suficientemente valorizado en nuestro país. Cuando un jugador llega al campo quiere conocer, además del recorrido, longitud, slope, etc. las condiciones en las que éste se encuentra, si el rough está alto, los greenes rápidos, etc. Pero muy pocos se preocupan de si existen elementos de biodiversidad destacables asociados al propio campo. Es cierto que para el jugador medio, es suficiente con preocuparse de cómo golpear la bola, intentar salir de un bunker, no tripatear en el green o evitar el temido slice en la salida de cada hoyo. Pero ¿cuántos se han preguntado alguna vez, qué especies de aves podrían contar a lo largo de un recorrido por el campo, durante, digamos 4:30 horas?.

Yo he llegado a contar 18 especies de aves en un recorrido cercano al Estrecho de Gibraltar, lugar de migración de aves entre Europa y África, entre rapaces, paseriformes, aláudidos, sylvidos, planeadoras, acuáticas… y ese día hice 82 golpes, y puedo asegurar que no me distraje más de lo normal ni me retrasé con en el juego. Seguro que mi formación a lo largo de los años me permite tener ese ojo necesario para identificar las aves en vuelo o por el canto, pero en USA, hay competiciones de la Audubon Society2 entre los socios de campos de golf de todo el territorio nacional, para hacer el seguimiento de la migración de aves entre el norte y el sur a lo largo de las “flyways” o rutas migratorias, y a final de la temporada se entrega un trofeo a los ganadores del club que más aves ha podido identificar en su campo.


La ornitología es una de las aficiones más extendidas en el norte de Europa y en Norteamérica, y también es cada vez más popular en España, y que el turismo ornitológico mueve cada año grandes cantidades de personas a nivel mundial con cifras cercanas a los 10 millones de turistas, en todo el mundo1. Es claro que en los países anglosajones existe una mayor tradición en la observación de la naturaleza, y en especial de las aves por su facilidad en comparación con otros grupos animales. Además la UE considera el estado de las poblaciones silvestres de aves como un índice de la calidad de vida en Europa y la oficina estadística europea, Eurostat, incluye el seguimiento de las poblaciones de aves entre los índices más importantes para medir la sostenibilidad y el bienestar social, por lo que son motivos más que suficientes para tenerlas en cuenta en nuestros campos de golf2.

Pero ¿y los jugadores de golf que llegan a España? ¿Alguno estará interesado en hacer un tour guiado por el campo al atardecer para la observación de aves en el mismo recorrido que ha jugado por la mañana? Seguro que sí, y ya hay ejemplos de campos donde se está haciendo como en Golf Costa Teguise, Lanzarote, y en otros lugares del mundo como Leopard Creek en Sudáfrica. Como actividad alternativa y complementaria al deporte del golf, supone un recurso más para el campo, que bien gestionado y organizado puede suponer una fuente adicional de ingresos.

Si además se ofrece la posibilidad de adquirir polos, gorras, y merchandising relacionado con las aves/naturaleza del campo o el jugador-visitante puede llevarse un recuerdo en forma de tríptico informativo, se dará publicidad al campo gracias a esos recursos que se están poniendo en valor. Además los tour operadores internacionales cada vez están más interesados en la gestión ambiental sostenible y valorización ambiental de los campos, por lo que la puesta en valor de la naturaleza del campo supone un atractivo más que mostrar en las ferias y congresos en los que participan los directores, propietarios y gerentes de los campos.
 
Está claro que éstos últimos son los principales actores a la hora de tomar la decisión de implicarse en un proyecto de Valorización Ambiental del campo, ya que de su apuesta decidida y el liderazgo del proyecto se verá contagiado al resto de personal que trabaja en el club. La colaboración con el greenkeeper del campo y el personal de mantenimiento es fundamental para que las actividades de gestión ambiental se puedan llevar a cabo de una forma ordenada y priorizada, buscando la eficiencia y sostenibilidad que demandan cada vez más los jugadores, en una línea de tendencia global que antes o después verá su reflejo en nuestro país.

http://www.widowswalkgolf.com/ en Massachusetts (USA), campo de golf público, construido sobre una antigua gravera, Certificado Audubon y con una especial implicación con el entorno natural y la avifauna de la zona.
Por último una reflexión, si no se conoce lo que se tiene, no se puede valorar adecuadamente y no se puede trasmitir de forma eficiente, para que los clientes y jugadores lo puedan apreciar, interesarse y trasmitirlo a sus amigos y conocidos.

Un saludo a tod@s,


Bibliografía:
1. S.E.O, 2014. ¿Por qué las aves?. http://www.seo.org/por-que-las-aves/.
2. http://epp.eurostat.ec.europa.eu/statistics_explained/index.php/Biodiversity_statistics

Eurostat - Biodiversity_statistics

jueves, 16 de octubre de 2014

Beneficios de la valoración ambiental de los campos de golf: la biodiversidad como recurso a explotar. 1ª parte


Según la Real Academia de la Lengua Española el, término “valorar” puede tener distintas acepciones, entre las que se encuentran “reconocer, estimar o apreciar el valor o mérito de alguien o algo” y a su vez “valorizar” sería “aumentar el valor de algo”. 
Biodiversidad viene a su vez definida como “variedad de especies animales y vegetales en su medio ambiente”, por lo que todo el conjunto de las bacterias, algas, árboles, aves, peces, hongos, animales superiores etc. estarían comprendidos en este término.


Un campo de golf se puede considerar una anomalía en la naturaleza, en términos de ecosistema, ya que no se asemeja a ningún otro sistema natural que podamos imaginar. Contienen especies vegetales sintéticas o transformadas para que se adapten a determinados climas, cursos de agua transformados, ampliados en forma de lagos artificiales, con agua remansada, grandes movimientos de tierra, etc.
En un campo de golf medio hay en torno a un 4% de zonas con un tratamiento y cuidados intensivos  (grenes y tees), un 70% de superficie con tratamiento medio (calles, antegreenes y rough) y el resto con un tratamiento bajo (zonas arboladas, ajardinadas y de matorral, bukers) que supone más del 25% del campo. Todo ello en una superficie de entre 9 y 54 Ha. dependiendo de si el complejo tiene 9, 18, 27 o incluso 36 hoyos. Si tenemos en cuenta esas cifras en el mejor de los casos tendríamos 13,5 Ha. con un nivel bajo de cuidados, tratamiento con químicos y asignación de recursos, y por tanto son áreas favorables para el establecimiento de comunidades animales y especies vegetales de interés.
A pesar de toda la trasformación que supone la construcción de un campo de golf, esas zonas que denominaremos “favorables” permiten albergar una biodiversidad que se adapta a las nuevas condiciones. Éste conjunto de animales, encuentran además una zona extensa en la que son respetados y pueden reproducirse, descansar, alimentarse, etc. independientemente de la época del año y seguros de encontrarán láminas de agua en las que abrevar.


En nuestro país la multitud de climas que podemos encontrar en nuestra geografía, incluidas las islas Baleares, Canarias hacen que estas condiciones climáticas condicionen la biodiversidad existente. No podemos equiparar especies vegetales de Galicia con las de Almería o Canarias, así como las comunidades animales del suroeste ibérico no serán las mismas de Euskadi o Castilla-León. Por tanto debemos tener en cuenta esos condicionantes fundamentales a la hora de interpretar o analizar la biodiversidad existente o potencial de cada campo. Además como cada campo en su diseño original suele más o menos respetar determinadas zonas para hacer el recorrido al gusto del diseñador, en función de la localización del campo podremos encontrar retazos más o menos abundantes de la vegetación original, así como de la orografía del terreno.
Durante la vida de un campo, que se entiende que debería ser extensa, y si las condiciones del mismo no cambian sustancialmente, esas zonas o retales de la vegetación original serían recursos incontestables para especies animales que en ellas encontraran refugio. Las demás zonas naturalizadas o plantadas, con el tiempo, también serán colonizadas por aves, mamíferos, reptiles, anfibios, etc. aumentando por tanto la disponibilidad de recursos para todos esos grupos animales.

Si se continúa el cuidado del campo, mantenimiento y tratamientos reducidos, ese 25% de la superficie seguirá ofreciendo, a pesar del paso del tiempo, las condiciones necesarias para el mantenimiento de la vida silvestre. Por tanto el recurso de la biodiversidad se mantendrá en el tiempo, e incluso con una adecuada gestión integrada podría aumentar, favoreciendo la consolidación de las redes y comunidades animales en áreas que de otra manera, quizá con el tiempo, hubieran perdido esa capacidad. Como ejemplo, recientemente, investigadores de la Universidad de Málaga, han constatado que los campos de golf regados con agua regenerada, «son zonas de reproducción de reptiles y anfibios y que proveen de alimentos a algunas especies amenazadas y de mucho interés en la fauna andaluza como, por ejemplo, la nutria»1.

¿Y por qué es interesante valorizar o poner en valor la biodiversidad como un recurso en un campo de golf?.

Con esta pregunta que dejo en el aire espero que os sirva para buscar respuestas...yo intentaré dar mi punto de vista en la segunda parte de esta entrada.

Saludos a tod@s! 

Bibliografía:
1. ‘Estudio de la biodiversidad en los campos de golf de la Costa del Sol occidental regados con agua reciclada’. Miguel Ángel Farfán Aguilar y Jesús Duarte del Grupo de investigación ‘Biogeografia, Diversidad y Conservación’ del Departamento de Biología Animal de la UMA. Juan Mario Vargas Yáñez, doctor en Biología y catedrático de Zoología del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Málaga.
 

miércoles, 30 de abril de 2014

Stepping stones y golf courses ¿Es posible una relación duradera?

Desde hace tiempo, el concepto de "stepping stones" se ha venido utilizando en ecología para definir lugares cercanos pero inconexos entre si y que poseen unas condiciones óptimas para acoger a determinadas especies, en tránsito entre espacios protegidos o áreas de especial importancia para la biodiversidad (http://www.sicirec.org/definitions/corridors). Se integran dentro del grupo de corredores ecológicos, aunque son distintos de los corredores lineales naturales o corredores paisajísticos precisamente por la falta de conexión entre ellas. Sin embargo son muy importantes ya que permiten a esas especies encontrar refugio, zonas de descanso o alimentación en sus movimientos migratorios, de dispersión juvenil e incluso en algunas ocasiones para el asentamiento de nuevas poblaciones (http://www.redeuroparc.org/img/Eje_1/monografia2.pdf).
Todo ese entramado de corredores ecológicos, áreas protegidas, espacios naturales e incluso las zonas integradas dentro de las redes de Custodia del Territorio (de las que hablaré en una próxima entrada monográfica), forman una extensa red o "ecological networks" que en la actualidad, en la que el paisaje y las zonas naturales se han visto enormemente fragmentadas por infraestructuras lineales, urbanizaciones, núcleos de población dispersos, etc. (ver imagen) resultan fundamentales para que la biodiversidad pueda sobrevivir en un entorno cada vez más transformado. En definitiva estos lugares permiten una conectividad entre áreas con una pobre calidad para acoger especies, con otras que sí poseen unas características más apropiadas. Ese concepto de conectividad ecológica no depende tan sólo de la escala espacial, sino que está muy influenciada por la distribución de esos hábitats de más calidad y que permitirá a los individuos el alcanzar el siguiente stteping stone en sus movimientos cotidianos o temporales (Keitt et al, 1997).

Entre todo este entramado de zonas naturales, áeras de especial interés, etc, surgen una serie de lugares transformados por la acción del hombre pero que aún así poseen unas características, en determinadas ocasiones y no siempre, que permiten el asentamiento y la supervivencia de especies que de otra forma no los encontrarían.

Entre estos lugares podemos encontrar por ejemplo los parques periurbanos, corredores verdes, cauces de ríos (dominio público en España), vías pecuarias, zonas incluidas en Redes de Custodia del Territorio y quizá otros menos obvios como las zonas de islas de vegetación que se pueden encontrar asociadas a las infraestrcuturas lineales y otros elementos lineales (en éstos dos últimos casos un análisis en profundidad de las posibilidades se hace fundamental antes de seleccionar una infraestructura como adecuada para la conectividad entre zonas protegidas o de especial interés para la biodiversidad ya que por lo general son unas de las principales causantes de la fragmentación de hábitats y por tanto de poblaciones de animales terrestres).

Y en este grupo de zonas trasformadas, pero que pueden tener características naturales incluyo a los campos de golf. Está claro que no todos los campos de golf poseen esas características especiales que permiten el asentamiento y el desarrollo de organismos y especies de interés para la conservación, pero también es cierto que entre todos los campos que existen en España, algunos sí que poseen esas características. Y como argumentos podríamos mencionar su ubicación en el territorio, las zonas no jugables y que no son tratadas con fitosanitarios de forma tan intensa, su cobertura arbórea (en algunos campos son una parte fundamental del diseño del mismo, contribuyendo a ofrecer cobijo y refugio a especies de aves, insectos, etc.), sus láminas de agua y vegetación riparia asociada (de nuevo lugar de refugio, área de campeo y alimentación de muchas especies animales y de asentamiento de vegetación acuática) y la disponibilidad de todos esos sistemas naturales o naturalizados en un lugar protegido y controlado frente a otro tipo de agresiones externas hacen que deban ser tenidos en cuenta como posibles lugares de trabajo para fomentar esas "ecological networks" que permitan ampliar la superficie de zonas favorables para la biodiversidad.

Recomiendo la revisión hecha por Bennett & Jo Mulongoy (2006), en la que se menciona el Corredor Verde del Guadiamar como ejemplo de actuación tras el derrame de vertido ácido de Aznalcollar, la restauración ecológica del cauce del río y su posterior protección. Y se me viene a la mente lo cerca que están tres campos de ese corredor ecológico creado, entre otros motivos, para facilitar el tránsito de biodiversidad entre la marisma de Doñana y la Sierra Norte de Sevilla: Las Minas Golf (Aznalcázar), Zaudín (Mairena del Aljarafe) y Hato Verde (Guillena).

Ahora queda tan sólo que los gerentes y directores de los campos se crean esta posibilidad y apuesten por darle una vuelta a la gestión de los campos, con el objetivo de mejorar la biodiversidad existente en ellos y explotarla para los socios y clientes externos.

Saludos y espero que os haya gustado!!


Referencias:

  1. http://www.sicirec.org/definitions/corridors.
  2. EUROPARC-España. 2009. Conectividad ecológica y áreas protegidas. Herramientas y casos prácticos.Ed. FUNGOBE Madrid. 86 páginas.
  3. Keitt, T.H., D.L. Urban, and B.T. Milne. 1997. Detecting critical scales in fragmented landscapes. Conservation Ecology [online]1(1): 4. Available from the Internet. URL: http://www.consecol.org/vol1/iss1/art4. 
  4. Graham Bennett and Kalemani Jo Mulongoy (2006). Review of Experience with Ecological Networks, Corridors and Buffer Zones. Secretariat of the Convention on Biological Diversity, Montreal, Technical Series No. 23, 100 pages.



martes, 15 de abril de 2014

Primavera y aves, pescadoras y golf courses


Aunque haga ya más de un mes que llegó oficialmente la primavera, en realidad al sur llega mucho antes, con todas las consecuencias...

Hay un dicho conocido en Sevilla que dice que la primavera no llega cuando dice el calendario, sino cuando florece el azahar de los naranjos. Y este año ha florecido a principios de marzo, en un estallido de color y perfume que envuelve toda la ciudad.

Ya desde mitad de febrero se ven por el estrecho de Gibraltar las aves que cruzan en dirección norte buscando las zonas de reproducción: águilas calzadas, águilas culebreras, milanos negros, cigüeñas blancas, etc. se aventuran en cuanto las condiciones meteorológicas son favorables para pasar los 14 km que separan los dos continentes. Además un elevado número de especies de aves más pequeñas, típicamente las paseriformes, aláudidos, limícolas, etc. se comienzan a movilizar con el mismo objetivo.



Incluso las águilas más grandes, como el águila pescadora, pueden llegar en el mes de marzo a las tierras de Andalucía buscando zonas para criar. Unas son las que se fueron en septiembre a África para huir del invierno, pero otras llegan por primera vez y encuentran lugares donde establecerse. Este año se ha observado por primera vez un ejemplar que llega directamente desde Marruecos, donde nació en 2012, y parece que se va a reproducir en un territorio de Cádiz, lo que aumentará la mezcla entre poblaciones, algo que mejorará la probabilidad de persistencia de la subpoblación andaluza.




Ésta misma especie se puede observar en muchos otros lugares del mundo (distribución mundial) y no es rara verla cerca de asentamientos humanos, siendo tolerante a las distintas actividades recreacionales de las que nos gusta disfrutar. Por ejempo en el último torneo de golf PGA celebrado en Houston, Shell Houston Open, donde un águila pescadora se paseaba por los lagos buscando alimento, se posaba en un poste del hoyo 9 y veía a los jugadores profesionales mientras hacían el recorrido. En el prestigioso torneo The Players, todos los años, cerca del emblemático hoyo 17, un águila pescadora aparece en pantalla en su nido, incubando la próxima generación de este ave global.

En USA podemos encontrar varios campos con dedicatoria especial a esta ave en su nombre:

Osprey Cove Golf Club (Georgia) 
Disney's Osprey Ridge Golf Course (Florida) 
The Osprey's Golf Club (Virginia) 
Osprey Point Golf Course (Kiawah, South Carolina) 
Osprey Point Golf Course (Florida)

Éste último es especialmente destacable ya que está certificado por la entidad Audubon International (http://www.auduboninternational.org/) como un Certified Classic Sanctuary, todo un reconocimiento para el campo...y las águilas pescadoras!!

Un saludo y no dejéis de mirar al cielo...

Hole 11 at Osprey Point Golf Course


miércoles, 5 de febrero de 2014

Blog: golf y aves - @golfandbirds

El por qué de este Blog_

A modo de presentación, hace ya tiempo que venía dándole vueltas a la idea de poner en marcha un proyecto que me permitiera unir deporte y naturaleza. Teniendo en cuenta mi experiencia profesional, mi formación y los lugares donde he vivido, sumado a la pasión que me despierta la naturaleza en general y las aves en particular, no podía encontrar mejor vínculo de unión donde disfrutar de estos elementos que en un campo de golf.

A pesar de tener muchos detractores, compañeros que no entienden esta forma de ver la naturaleza, y acusadores de que me he pasado "al lado oscuro" en los 7 años que llevo jugando al golf he podido recorrer muchos campos por toda España, Portugal, Inglaterra e Irlanda puedo afirmar que en muchos de ellos se pueden observar aves y biodiversidad de forma muy notable. Es cierto que las trasformaciones que conlleva la construcción de un campo de golf alteran el entorno natural en el que se implanta, que su mantenimiento supone un consumo de agua, fitosanitarios, y otros componentes necesarios, pero no es menos cierto que en determinadas ocasiones y dependiendo del entorno en el que se encuentren, pueden suponer un refugio para fauna y flora que en muchos casos les supone un alivio frente a las presiones que pueden sufrir fuera de ellos.

Los que me conocen saben que no soy persona de bromear con temas serios como la conservación de la naturaleza, la necesidad de adaptar formas de vida menos contaminantes y que generen menos huella ecológica e incluso sobre mi preocupación por el cambio global, por lo que mi rigor siempre será mi guía en este aspecto. De igual modo creo que hay un vínculo entre esas convicciones y el juego del golf, ya que en este, guiándose por unas reglas preestablecidas, se pretende disfrutar de un juego, con rigor, honor y caballerosidad. Además requiere de responsabilidad personal para asumir las derrotas y capacidad de superación para conseguir, al final, disfrutar.

Todos esos valores comunes entre ambos mundos son los que pretendo trasmitir a aquellos que crean en este proyecto que por fin he decidido comenzar...

¿Me seguís?

sTm -@golfandbirds